jueves, 16 de mayo de 2013

RETORNO DE LA COMPLEJIDAD Y LA NUEVA IMAGEN DEL SER HUMANO: HACIA UNA PSICOLOGÍA COMPLEJA




Compendio Recientes investigaciones muestran propiedades, como el determinismo caótico, la dimensión fractal o la borrosidad, de las que se desprende que la realidad es constitutivamente compleja en sus manifestaciones tanto físicas como psíquicas y sociales. Esto plantea la posibilidad de una ciencia social y una Psicología complejas. Este trabajo muestra el sentido original histórico de la complejidad, las causas y efectos de su abandono posterior y de su recuperación actual en una epistemología de la complejidad que aporta una comprensión del ser humano como un ser paradójico que es, a la vez, ordenado y caótico, regular e irregular, contradictorio y borroso, en su personalidad y su comportamiento. Palabras clave: Psicología. Complejidad; caos; fractal; lógica borrosa; epistemología; Filosofía.
The Return of Complexity and the New Image of Human Being: Towards a Complex Psychology Abstract Recent researches show properties such as chaotic determinism, fractal dimension, or fuzziness, from which we can derive that reality, is constituently complex in its psychical and social manifestations. This suggests that a complex social science and psychology might exist. The present work shows the meaning of the historical origin of complexity, the reasons and the effects of its subsequent abandon and its actual recuperation as an epistemology of the complexity. That contributes to the understanding the human being as a paradoxical being who is the same time, tidy and chaotic, regular and irregular, contradictory and fuzzy in both his personality and behavior. Keywords: Psychology; complexity; chaos; fractal; fuzzy sets; epistemology; philosophy.
Son relativamente abundantes los trabajos que en la mayoría de los campos de la ciencia apuntan hacia un paradigma epistemológico basado en la complejidad como alternativa al paradigma dominante que rinde culto a la simplicidad. Ahora bien, en dichos trabajos la complejidad tiene un sentido que tiene poco que ver con el significado que recibe en las corrientes psicológicas más o menos tradicionales, por ejemplo en el psicoanálisis cuando se refiere al complejo de Edipo, o en el conductismo cuando habla de un aprendizaje complejo, e incluso con el deducible de orientaciones como el interaccionismo simbólico o la hermenéutica cuando insisten en la condición radicalmente diferencial (compleja) que como sujetos tenemos las personas. En cualquier caso, aquel paradigma alternativo sugiere la posibilidad de una ciencia psicológica orientada hacia un conocimiento complejo del ser humano, capaz de aprehenderlo sin reduccionismos y comprenderlo de un modo más pleno y profundo.
Por ello, es pertinente que aclare, en que sentido voy a referirme al paradigma de la complejidad. Numerosas investigaciones con base empírica van descubriendo en diferentes campos disciplinares fenómenos que muestran que la realidad es mucho más compleja de lo que se suponía. Algunos de esos fenómenos, como los sistemas dinámicos caóticos y las estructuras fractales pronto fueron relacionados entre sí y considerados desde una óptica compleja y hoy son bastante conocidos. Otros, como las llamadas catástrofes han sido mucho menos desarrollados y poco tratados como fenómenos complejos. En cuanto a los conjuntos borrosos, son muy estudiados pero en otro contexto, el de la lógica, y apenas relacionados con aquellos fenómenos.
Por mi parte, presenté hace unos años, en esta misma Revista (1995) un tratamiento integrador considerando estos fenómenos, incluidos los conjuntos borrosos, como manifestaciones de la complejidad. El modelo teórico resultante se caracteriza, como decía allí, por ser operativo y aplicable, ya que no tiene una base especulativa sino en teorías basadas en datos empíricos. Así entendida en el contexto descrito, la complejidad resulta de un conjunto R. interam. Psicol. 38(1), 2004 de propiedades cualitativas que, por lo que hasta hoy sabemos, son al menos la caoticidad, la fractalidad, el catastrofismo y la borrosidad. Son propiedades irreductibles, inherentes pues a la realidad en sus diversas manifestaciones no sólo físicas sino también psíquicas y sociales.
Ante esto, uno puede preguntarse por qué, si la realidad es compleja, domina hoy un paradigma basado en la simplicidad. Una hipótesis plausible es que se cree que admitir una realidad compleja supone una ambigüedad inadmisible para el conocimiento científico establecido. Esta posibilidad invita a indagar si hay antecedentes de una visión de la realidad en tal sentido. La respuesta puede ser relevante para comprender mejor los dos paradigmas epistemológicos enfrentados en la concepción del mundo y la imagen del ser humano.
El Abandono de la Complejidad Si buscamos los orígenes de la visión compleja del mundo, la Historia nos lleva a la antesala de la cultura griega, a la Grecia arcaica, que afrontó la complejidad del mundo a través de la ambigüedad que percibió del mismo, ambigüedad que respetó fervorosamente. Es sabido que, en aquella etapa prefilosófica dominada por el mito y el Oráculo, el conocimiento profundo de la naturaleza lo proporcionaba el saber mítico dotado de ambigüedad y por ello capaz de asumir los múltiples aspectos contradictorios de la realidad. Este saber mítico tenía por lo tanto un sentido francamente positivo, como fuente inagotable de conocimiento.
Pero en la Grecia clásica, el mito es sometido a la razón y pasa a ser visto como un pseudosaber, precisamente por su ambigüedad, la cual se verá como un obstáculo para el conocimiento de la verdad (alétheia). El helenista Detienne (1967/1981) lo explica como sigue: En el pensamiento arcaico, la verdad residía en los contrarios como complementarios, y esto conllevaba una ambigüedad considerada propia del mundo divino y de la que la dualidad del mundo humano era un reflejo. Mas la verdad mítica tuvo que ceder el paso a la verdad racional y la lógica de la ambigüedad que aquélla suponía devino una lógica de la contradicción. En este proceso fue decisiva la secularización de la palabra a través de las prácticas políticas, jurídicas y en general sociales, que construyeron el cuadro conceptual y aportaron las técnicas mentales que favorecieron la sustitución del saber ambiguo por el pensamiento racional.
Más radical pero en el mismo sentido, el filósofo de influencia nietzscheana, Colli (1975/1996) considera al lenguaje (y la escritura) responsables de la destrucción del saber no unívoco o ambiguo, propio de la sofía, esto es de la sabiduría proporcionada por los mitos y los enigmas del Oráculo a través respectivamente del culto dionisíaco y del culto délfico a Apolo, porque condujeron a un pensamiento abstracto, racional y discursivo. Esto ocurre cuando el impulso cognoscitivo ya no necesitó el estímulo del desafío de un dios, y bastó con que un hombre desafiara dialécticamente a otro hombre para que aquél se presentara como un sabio. Esta desacralización de la palabra, especifica Colli, llegó con Gorgias y sobre todo con Platón.
Pero quien ha explicitado el trasfondo epistemológico de la cuestión ha sido Gadamer (1997), al señalar que la complejidad empieza a ser abandonada en Grecia justo cuando se entroniza la razón como rectora del conocimiento y aparecen la filosofía y la ciencia, porque se origina una fuerte tensión entre mito y logos que impide comprender toda la complejidad del lenguaje, la palabra y el concepto.
En conclusión, al desacreditar la filosofía y la ciencia por irracional el saber mítico, la ambigüedad es rechazada como fuente de conocimiento, loo que comporta renunciar a la complejidad de la aquélla es un reflejo. Este proceso de desmitificación e imperio de la razón consolida la simplicidad, como paradigma epistemológico que responde a la necesidad de una mayor inteligibilidad de la naturaleza (fisis). Para hacer esto posible, la filosofía y la ciencia procuran simplificar al máximo la naturaleza, cada vez tratada de un modo más abstracto y conceptual como realidad, en un auténtico proceso de des-naturalización que intenta eliminar la ambigüedad del mundo, con la consiguiente reducción de su complejidad.

Munné, Frederic (Author). El retorno de la complejidad y la nueva imagen del ser humano: hacia una psicología compleja. Brasil: Red Revista Interamericana de Psicología, 2006. 

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